Es curioso cuando uno de tus
grupos favoritos no le importa una mierda a nadie. Por un lado está bien, porque
mantiene el encanto del underground y no tienes que compartirlo con las masas,
pero por otro es como si estuvieras equivocado, sobre todo cuando se trata de
un grupo veterano y prácticamente para todos los públicos, como es el caso de
los Queers. Da igual que Joe colaborase con Joey Ramone o que Blink 182 los mencionaran
como una de sus principales influencias. Los Queers nunca tendrán ni fama ni
prestigio, pero por lo que a mí respecta, mientras sigan grabando discos como “Pleasant
screams” o “Munki brain”, yo estaré ahí para escucharlos.
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