No recuerdo mucho los
conciertos de este festival, pero sí que fue un plan bastante divertido. Y es
que un festival de surf en un pueblo de playa, muy mal se tiene que dar para
que no resulte bien. A pesar de que Calella sea más bien cutre y que el recinto
donde celebraban los conciertos no era el más acogedor del mundo, era gracioso
ver el ambiente de los hoteles, las terrazas y las actividades en la playa. Si
no me equivoco, este fue el último Wipeout Weekend.
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