Fui a este concierto con
muchas ganas de ver por primera vez a S.C.O.T.S., una de esas bandas perfectas
en todos los sentidos: Además de ser bastante graciosos a la hora de explotar
la cultura white trash americana en su imagen y sus letras, también son grandes
músicos y tienen un directo súper divertido. En este concierto, además,
llevaban a ese tipo gordo que lanzaba pollo frito al público y tocaba
percusiones caseras. Así que, a pesar de que mis expectativas eran altas,
quedaron más que satisfechas. Un clásico.
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