Este festival era una especie
de Warped tour pero sin la parte del skate. El caso es que NOFX podrían tocar
solos en la Riviera y sin embargo, cinco buenos grupos más como los de este
cartel no hacían que el concierto se celebrara en un sitio más grande. Supongo
que en el fondo nunca hubo mucho más público en España para este tipo de
música. Por alguna razón, el hardcore y el punk americano nunca llegaron a
interesar demasiado en ninguna de sus vertientes, ni siquiera las más “comerciales”.
Puede que Green Day y Offspring lo consiguieran, pero ni el boom de Blink 182 o
Sum 41, ni esos grupos metaleros que salen del Warped tour actual, han llegado
a tener nunca una gran acogida en nuestro país. Y lo mismo con los menos conocidos.
Yo diría que este rollo siempre se ha mantenido más o menos igual de
minoritario a lo largo de los años. Pero claro, ¿Quién necesita escuchar punk
de otros países cuando tienes el “sonido Viña Rock”?
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