Nunca había escuchado antes a Battle
of disarm, ni nunca volví a escucharlos después, pero acostumbrado a los grupos
horribles que solían tocar en las okupas, un grupo de crust japonés era algo
que no estaba nada mal.
Este es un caso extraño,
porque en los conciertos en okupas pocas veces te dan una entrada. Y para una
vez que te la dan, no pone ni la fecha, ni la dirección del sitio. Eso sí, la
parte de detrás está bien aprovechada con un texto en el que te contaban la
historia de un tal Shimada Ushinosuke, un anarquista japonés contra el que se
estaba cometiendo algún tipo de injusticia. Incluso te animaban a escribir a
las autoridades japonesas para protestar. Por supuesto, vía correo ordinario. Me
pregunto si algún funcionario japonés recibió alguna carta escrita a mano llena
de reivindicaciones indescifrables de algún asistente al concierto. No sé qué
pasaría con el pobre Ushinosuke, espero que mis 500 pesetas de la entrada
ayudaran a mejorar su situación.
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