Esta fue la primera y última
vez que el Warped tour vino a Madrid, cuando aún era un festival dedicado al
punk y al skate. Estos eran conciertos a los que ibas con mochila, no sé muy
bien por qué. Supongo que había cosas que llevar. Recuerdo que algún amigo iba
con el patín, y otro con un bong de más de un metro de largo (no sé qué clase
de explicación daría en la puerta para que le dejasen entrar con eso). A pesar
de que el cartel no estaba nada mal, recuerdo este concierto como mi primera
experiencia con la cubierta de Leganés, probablemente, el lugar con el peor
sonido del mundo. Durante el día todavía tenía un pase, pero cuando cerraron el
techo, allí no había donde meterse. Y eso no fue lo peor, sino que a algún genio
se le ocurrió que, entre grupo y grupo, sería muy gracioso poner la canción esa
de “palomitas de maíz”, y después de diez grupos, sólo tenía ganas de buscarle
y matarle.
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